martes

"me desperté de repente, me estaba asfixiando. Dado mi malestar permanecí en cama todo el día. Eran como las tres de la tarde y no había nadie en casa. En un momento sentí que me empujaban hacía la pared suavemente. Sentí como el colchón se hundía bajo el peso de alguien más. No presté atención, tenía sueño. Me acurruque, de repente el frío se hacía insoportable. Sentí que me revolvían el pelo. Media dormida susurré: "Mora basta". El cosquilleo no cesaba. Estiré el brazo y trate de sacarme de encima al incordio peludo que es Mora, pero solo agarré aire. Luego recordé que estaba en la cama de arriba, que aunque mi can era genial no volaba. Traté de levantarme, pero se me hizo imposible: estaba enrollada en las frazadas, consumiendo más Nitrógeno que Oxígeno. Un perfume inundó el aire y me hizo recordarlo. Se me vino a la cabeza esa tarde de Febrero, mi cabeza en su pecho, oyendo a su corazón palpitar junto al mío mientras me susurraba: "Te amo, ahora y siempre. Nunca lo olvides".
Me desperté, estaba sudando aunque sentía que el frío me carcomía los huesos. Me destapé como pude y respiré hondamente. el perfume aún se sentía en el aire fresco de la noche. Prendí el calefactor y me senté al lado. Estaba mareada, pero aún recordaba como mi respuesta me sentenciaba al decir: "nunca jamás"."
  


(a decir verdad soy escéptica y no creo en fantasmas, pero la noche de ayer me dejo el sabor amargo de mi contradicción)