miércoles

en realidad, vos me seguías a mi aunque yo no estuviera con ella


te vi mientras pisaba la esquina. vos, tu camioneta; yo, acercandome, divise por el rabillo del ojo que sacabas las campera de la butaca derecha. el frío polar calaba los huesos. te abrigas y caminas hacía su puerta. te miro desde el otro lado de la calle y nuestros ojos se cruzan, se encuentran. me río, no puedo evitarlo. sigo caminando pero me doy vuelta, solo para comprobar que me seguís mirando. toco el timbre sin dejar de ver tus ojos. mientras abría la puerta de reja estaba segura que ibas a cruzarte, no se para que, pero estabas pisando el cordon. cierro la reja, abro la puerta de entrada y antes de entrar te sonrío. me podría haber quedado en la vereda, podría haberte esperado para que cruces...
"podría"; pero vos, en realidad, viniste a la casa de ella.